jueves, 9 de junio de 2011

Finalmente, los dioses estamos locos.

Por último, y para dar por finalizado nuestro proyecto de "Los dioses deben estar locos", hemos realizado un glog para tener toda la información y documentos audiovisuales recogida. 



miércoles, 8 de junio de 2011

ACTIVIDAD 4

Un verano filosófico en 
      Olimpia



Por último, para aprender más sobre el nacimiento de la filosofía, hemos realizado una búsqueda de información sobre Protágoras, Tales de Mileto, Heráclito, Perménides, y como no, Pitágoras. A partir de lo que hemos encontrado y los conocimientos que hemos adquirido, hemos realizado un tríptico, que adjuntamos a continuación, donde explicamos quien es cada uno, comparamos sus pensamientos y recogemos algunas de las anécdotas y frases más relevantes de cada uno. 






También os adjuntamos a continuación un vídeo llamado "El rap de los Presocráticos". Es un recurso muy interesante que aporta información al tema y además se puede observar claramente si se sigue la letra, lo que cada uno de los filósofos, que hemos nombrado anteriormente, defendía.



ACTIVIDAD 3

Para continuar, y tener más clara la diferencia entre relato mítico y explicación racional, hemos realizado una leyenda mitológica sobre la causa de la erupción de un volcán.

POMPEYA Y VOLCANO


Había una vez, entre tierras italianas, se encontraba un pequeño pueblo llamado Pompeya. Sus habitantes, la mayoría campesinos, sembraban sus cultivos en pequeñas parcelas, propiedad del Dios Volcano, quien, generoso, compartía con ellos sus montañas y volcanes. A cambio, los pompeyanos tan solo debían darle una vez al año una pequeña parte de sus siembras. Un trato justo del que salían beneficiadas ambas partes. Pero uno siempre tiende  a querer más de lo que tiene y los habitantes de Pompeya de eso sabían y mucho. 


Los pompeyanos, aparte de por sus maravillosos cultivos, eran conocidos por sus aires de superioridad, se creían mejores que ninguno, serían simples mortales, pero decían ser más listos que cualquier Dios y por ello, ajenos a lo que sus actos podían provocar, pensaban engañar a Volcano. Quedaba apenas una semana para el intercambio y mientras el Dios de las montañas y volcanes soñaba con los muchos platos que podría cocinar con los cultivos que tendría en siete días, los pompeyanos ideaban su plan, rellenarían la cesta que debía estar llena de alimentos, con montones de paja y grandes piedras. Para cuando Volcano fuera consciente del engaño, ya estaría muy lejos del pueblo. 


El día llegó y Volcano aguardaba a los habitantes a orillas de su casa, el Monte Vesubio, los habitantes llegaron tarde y exculpándose por la tardanza, le dieron rápido la cesta y se marcharon por donde habían venido más rápido aún. Volcano se extrañó, siempre solían ser muy simpáticos con él, quizá fruto del miedo que le tenían, pero le hablaban con respeto y rara vez se iban antes que él. No obstante, se marchó a su casa con la cesta bajo el brazo, pensando qué cocinaría esa noche. 


Ya anocheciendo, Volcano comenzó a tener hambre y por ello, se puso a preparar la cena, pero cuál fue su sorpresa cuando al abrir la cesta no encontró los cultivos que le habían prometido, si no un puñado de paja y piedras. Maldiciendo a los pompeyanos tiró la cesta al fuego, y rojo de rabia, juró que de esa se arrepentirían. Habían subestimado su poder, se habían creído más listos y habían olvidado lo más importante, él era un Dios, y no cualquier Dios, era el Dios de las montañas y los volcanes y para desgracia de sus habitantes, Pompeya vivía rodeada de ellos. Pensó cuál sería la mejor forma de hacerles pagar su avaricia, quería que todo el mundo supiera lo que habían hecho, que perdurara en la historia y en seguida encontró castigo, vertería sobre el pueblo la lava que contenía el interior de su casa, el Montse Vesubio. Dicho y hecho. La lava comenzó a derramarse sobre la superficie de Pompeya y los habitantes aterrados, trataron de huir pero sus esfuerzos fueron en vano, las montañas se cernían sobre ellos, cerrándoles el paso, no tenían escapatoria. 

Todavía hoy, se pueden encontrar los restos de una ciudad a la que le perdió su avaricia. Se dice desde entonces que cuando un volcán entra en erupción, es a causa del enfado del Dios Volcano, Dios de las montañas y volcanes. 







Ahora, y para compararlo, mediante un issuu, y acompañándolo por imágenes y un vídeo, hemos realizado la investigación, basándonos en la ciencia, de la erupción de un volcán.




Explicación racional